Por: Analítica.com
Las recientes declaraciones del Ministro de Comunicaciones, y principal negociador del gobierno en Santo Domingo, en el sentido de que si no retiran las sanciones no habrá elecciones en Venezuela, ¿a quién van dirigidas?. Ciertamente no a los venezolanos que, desde ya hace mucho están acostumbrados a ver cómo el gobierno maneja las elecciones a su antojo.
¿Será que esas palabras son un intento de doblegar a una comunidad internacional que exige la reinstitucionalización del país, la celebración de elecciones libres con supervisión internacional, la liberación de los presos políticos, la eliminación de las inhabilitaciones, el reconocimiento, de pleno derecho, a la Asamblea Nacional y, por ende, la supresión de la ANC?. No pareciera creíble que esa amenaza logre hacer mella internacionalmente, sino más bien todo lo contrario. Y lo que quizás pudiera conseguir sería la intensificación de las sanciones y un aislamiento mayor en el circuito financiero mundial.
Pareciera que esas declaraciones, por cierto inusuales y desaconsejables para alguien que tiene la responsabilidad de representar al gobierno en la mesa de negociación, pudieran parecer para muchos una muestra de debilidad y de temor frente a las consecuencias de un mayor repudio internacional.
Cuando los vietnamitas, o mejor dicho el Viet Cong, negociaba en Paris con EEUU, representado en esa ocasión por Henry Kissinger, nunca se escucharon declaraciones apocalípticas por parte de Le Duc Tho o de Ho Chi Minh. Tampoco los Sandinistas o la Contra condicionaban, públicamente, la acción del grupo de Contadora.
Cuando se inicia un proceso de negociación, como bien lo han calificado el presidente doninicano, Danilo Medina y los Cancilleres de México y Chile, las discrepancias, los intereses, los deseos, deben dirimirse en la mesa y no en un debate estéril público, para torpedear lo que se acaba de iniciar.
El que pierda la paciencia, el que sabotee las negociaciones tiene mucho que perder, porque la comunidad internacional no esta constituída por mirones de palo, ya que la situación actual de nuestro país la afecta directa o indirectamente.