La irresistible seducción de la señora Robinson.

TCM Classics más que una empresa es una especie de club de cinéfilos. Se encargan de buscar grandes películas, clásicos en algunos casos, y por alguna razón importante en el calendario, una efemérides digna de destacar, se las arreglan para que esos clásicos puedan ser vistos de nuevo en la pantalla grande. Porque, por supuesto, hoy día con los Home Theaters se ven maravillas en casa, y prácticamente con el internet, los bluray y los dvds ya usted puede tener acceso a las grandes películas de siempre. Pero el encanto, el embrujo de la sala oscura y la pantalla grande, ese sigue siendo insustituible.

TCM Clasics decidió poner en pantalla grande, en algunas salas a lo largo de importantes ciudades en los Estados Unidos, El Graduado, de Mike Nichols, que cumplió el pasado mes de abril 50 años.

Se estrenó en abril de 1967. De esta película ya he hablado en otras oportunidades en esta misma página. Les invito a que busquen una no tan lejana, de agosto del año pasado. Esta película está entre mis favoritas y, agracias a TCM, la pude ver de nuevo en grande.

Su estrella Anne Bancroft falleció en el 2005, dejando en la viudez a ese irreverente y gran jodedor que es todavía Mel Brooks. Anne en El Graduado está en todo su esplendor. Tiene 35 años, aunque la Mrs. Robinson que la marcó parea siempre se suponía mayor de 40. Y Benjamin Braddock, el tímido y desorientado recién graduado, en la trama de la película cumple 21. Pero Dustin Hoffman ya tenía 30. Cinco años apenas les separaban. Pero el maquillador, y sobre todo la habilidad actoral de estos dos grandes, hizo aparecer mágicamente el par de décadas de diferencia.  Anne Bancroft es la mujer madura, fatal y seductora, y el Dustin Hoffman del 67 es el joven indefenso, recién salido de la adolescencia con pavor a la vida.

El cuerpo de la Bancroft, sin embrago, en las escenas de alcoba, es el de una mujer joven, plena y apetecible. Los maquilladores solo se ocuparon de su rostro, el resto fue pura malicia de buena actriz y mujer sabia.

Revivir en grande El Graduado fue montarme en una montaña rusa para que, sin vértigo, me lanzaran al pasado. Cuando salió la película yo era un niño de 13 años, y tuve que hacer alardes, sin maquillador ni habilidad actoral, para poder entrar en una película censura C, solo apta para mayores de 18 años. Cincuenta años después, a mis 63, se alborotó intacta, como si nada, mi vieja pasión por la señora Robinson. Porque todos los de mi generación siempre quisimos ser seducidos, alguna vez, por esa vieja perversa y malvada con la cara y el cuerpo de Anne Bancroft.

Lamentablemente, TCM Classics no funciona en el país. Se pierde así la oportunidad abrumadora de la oscuridad y la pantalla grande. Pero, si puede, así sea limitada al televisor casero, busque la película. La Bancroft sigue maravillosa.

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