No lanzaré mierda – Roberto Briceño

Por: José Rafael Briceño

¿Hay explicación para que la gente llegue al punto de querer lanzar mierda a los agentes de la represión? Si, la hay pero no lo puedo justificar. ¿Se entiende? Si no lo entiende, es porque está arrecho y lo comprendo, yo también estoy arrecho de recibir humo, coñazos, de tener todos los días que informar muertes, torturas, de tener que abrazar a madres cuyos hijos están presos o muertos, estoy arrecho pero no voy a lanzar mierda.

Seguiré devolviendo bombas lacrimógenas, haré presión, haré que mi voz se siga sintiendo y que junto a millones esa voz siga dejando cada vez más solo al dictador hasta que no tenga siquiera que renunciar o llamar a elecciones, pero no voy a arrojar mierda.

Mierda arrojan los simios y si hay una razón por la que estoy en contra de este gobierno es porque se ha propuesto reducirnos a simios, a  que solo seamos nuestras más básicas necesidades, a que lleguemos al nivel del mono de zoológico, aprender a estar encerrados, comer solo lo que nos dan y no lo que nos de nuestro trabajo, y aplaudir al carcelero. Entonces: sí hay explicación para que la gente quiera lanzar mierda, estamos arrechos al punto de perder la cordura, pero no me la van a hacer perder, no seré un simio, ese sería el triunfo del gobierno…

Yo no puedo denunciar que nos hayan dicho mierda al reírse de la gente desesperada en el Guaire huyendo de la represión y luego salir a darles la razón y lanzar mierda. Quién lanza mierda no tiene argumentos y sin argumentos esto es simplemente una guerra de los que tienen más fuerza y más mierda ¿quién tiene más fuerza bruta (pólvora, no gente)?¿quién tiene más mierda? En una guerra de mierda el gobierno gana seguro porque han acumulado mucha en demasiados años de crueldad.

Entiendo que estés tan arrecho que quieras lanzar mierda, pero no voy a lanzar mierda, porque la cordura es lo primero que tenemos que ofrecerle a ese país, del otro lado del muro blanco, que tiene armas pero que cada vez está más claro que no tiene la razón. El simio es otro, no yo.

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