El peso de la monogamia

“La idea del matrimonio es muy romántica, es una idea muy bonita, y su práctica puede ser una cosa muy bella. Pero no creo que sea natural ser una persona monógama. Puede que me critiquen por esto, pero creo que es mucho trabajo. Es mucho trabajo. El hecho de que sea tanto trabajo para todo el mundo, eso prueba de que no es una cosa natural. Tengo mucho respeto por el matrimonio y he participado en él, pero definitivamente creo que va en contra de algún instinto”.

A ver, trate usted por un momento de pensar en estas palabras sin ningún tipo de prejuicio. No, no se ponga moralista. Piense sin prejuicio. ¿Usted está de acuerdo en que el matrimonio, la monogamia es mucho trabajo? ¿Qué la monogamia va en contra de algún instinto? Más de uno, en su fuero interno, estará aplaudiendo. Y no me refiero solo a los hombres, hablo también de ellas. Porque se ha comprobado que la infidelidad –al menos en estos últimos tiempos, cuando se lleva contabilidad de todo- es pareja de lado y lado; y cuidado si ellas no sacan ventaja en eso de llevar la delantera.

La frase anterior es de una mujer. Nada menos que de la arrebatadora e hipersensual Scarlett Johansson, sin duda la fantasía erótica de buena parte de la humanidad masculina. De manera que cuando la señora Johansson dice que el matrimonio es mucho trabajo, porque es mucho trabajo ser monógama, ya seguramente  desató todo un torrente de suspiros e ilusiones.

Resulta que la Johansson se ha divorciado, y esto lo declaró a la revista Playboy, una edición en la que la publicación, por cierto, vuelve a los desnudos (vea el comentario al respecto en esta misma página). Allí dice Scarlett: “El matrimonio es un contrato jurídicamente vinculante y eso tiene un peso (…) es un estado civil que siempre cambia a las personas”. Y, según su criterio, no precisamente la cambia para bien. Con lo cual -sin ser particularmente suspicaz- uno pues cae en cuenta de que a la rubia no le fue bien en el matrimonio.

¿Pero fue culpa de ella, o del marido, o es que realmente tiene razón y el matrimonio –y la monogamia que él implica- es una carga tan pesada que resulta insorportable. Por eso le repito la pregunta. Independientemente de su sexo, trate de responderla despojándose de prejuicios. Y, por favor, no mienta.

¿Está usted de acuerdo con Scarlett?

 

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