Los problemas de la verdad

El periodista Pedro Pablo Peñaloza publica un artículo por demás interesante en Konzapata, dice: “En política, la palabra está más devaluada que el bolívar fuerte. Mientras cae estrepitosamente el poder de compra de la moneda, el discurso pierde día a día poder de movilización. Llegó la hora de decir la verdad, definir la estrategia y marchar hacia un objetivo cierto”. Esto a propósito del título de su artículo: “La oposición debe hablar (y actuar) en serio si no quiere perpetuar al chavismo”.

Argumenta Peñaloza: “La oposición convoca una marcha hacia el Consejo Nacional Electoral. Y todos sabían que no iba a llegar. Igual, cabe la pregunta: ¿cuándo es en serio y cuándo en broma? La toma de Caracas del primero de septiembre marcaría un punto de inflexión para garantizar la activación del referendo revocatorio. Octubre sería el mes de la protesta permanente. Noviembre, la gloriosa manifestación frente a Miraflores. Y en diciembre, la Asamblea Nacional declara la responsabilidad política y feliz navidad. Por allí quedan algunos exigiéndole a la mayoría parlamentaria que defienda con la vida su decisión de aprobar el abandono del cargo. No entendieron. Ahora sí, con franqueza: el Gobierno no se está cayendo. El fin de la revolución chavista no es inminente. Decir lo contrario sonará bonito, pero no es real. Después que nadie se queje de las falsas expectativas y los penosos desengaños. “La verdad os hará libres”, aseguró otro Chúo que no era Torrealba.”

Tiene razón el joven periodista porque no se está diciendo la verdad, y se están manejando falsas expectativas. Toquemos, por ejemplo, la cuestión electoral. El pasado 23 esa marcha opositora exigía “elecciones ya”, pero hoy en el semanario Tal Cual, el vocero principal del Partido Voluntad Popular, Fredy Guevara, Vicepresidente de la Asamblea Nacional y dirigente prominente de la MUD, afirma: “El foco no pueden ser las regionales (…) si la MUD no acuerda una ruta política pedirán que la gente la defina en consulta popular”.

¿No se harán elecciones regionales pero sí se hará una elección para consultar qué es lo que se va a  hacer? ¿Hay tiempo para tanto? ¿Cómo se digiere el contrasentido? ¿Si cuesta tanto convocar una elección, entonces ahora tenemos que consultar electoralmente si vamos o no a elecciones? Esto lo único que evidencia es que no están claros en lo que buscan y quieren hacer.

Mientras la dirigencia opositora está en estos dilemas, la del régimen también se atasca en sus entuertos. “El pueblo venezolano no tiene derecho a abandonar la revolución”. No hay derecho a que el pueblo exija, es lo que encierra frase tan dictatorial y abiertamente fascista pronunciada por el nuevo Ministro del Poder Popular para la Educación -¡menudo educador tenemos!-, Elías Jaua. “En una entrevista dada por YVKE Mundial Radio dijo que el pueblo venezolano no tiene derecho a abandonar la revolución. Las críticas del pueblo son necesarias, pero lo que no tiene derecho es a abandonar la revolución”. Con lo que deja de bulto que el pueblo, en efecto, sí quiere abandonar la revolución, y que ésta, expuesta así, no es más que una condena.

Pero más interesante y reveladora aún resulta la declaración de Diosdado Cabello: “Hay una campaña contra Chávez (…) Eso hay que pararlo (…) Siguen diciendo que este desastre, el sistema es lo que hay que cambiar. Aquí no vamos a cambiar ningún sistema. Por eso quiero arrancar una campaña, que nos vayamos todos diciendo: ´Aquí no se habla mal de Chávez´. Si usted trabaja en un ministerio, y usted puso en su escritorio ´Aquí no se habla mal de Chávez´, todos los jefes pa´ arriba tienen que ponerlo también, hasta llegar a ´En esta Dirección no se habla mal de Chávez´, ´En este Viceministerio no se habla mal de Chávez´ (…) en un cuartel, un teniente que ponga en su pelotón un cartel que diga ´Aquí no se habla mal de Chávez´”, indicó en su programa número 142 de Con el Mazo Dando.

Esto, a las claras, nos revela que en las oficinas públicas, y hasta en los cuarteles, sí se está hablando mal, muy mal de Chávez. Y si se habla mal del fundador, del profeta, de la gloria galáctica, qué quedará entonces para el simple mortal que despacha en la Urdaneta.

Es hora, pues, de que enfrentemos la realidad y las verdades que ella encierra. Todos, allá y acá. La verdad hay que retarla de frente, como al toro, y decirla sin miedo. Como canta Serrat: “Nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio”. Y tiene razón en la cita Pedro Pablo Peñaloza: el Evangelio según San Juan –imperativo recordarlo siempre-: “Solo la verdad os hará libres”.

 

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