La oposición debe hablar (y actuar) en serio si no quiere perpetuar al chavismo – Pedro Pablo Peñaloza

Por: Pedro Pablo Peñaloza

En política, la palabra está más devaluada que el bolívar fuerte. Mientras cae estrepitosamente el poder de compra de la moneda, el discurso pierde día a día poder de movilización. Llegó la hora de decir la verdad, definir la estrategia y marchar hacia un objetivo cierto.

Todo en broma. Nada en serio. El presidente Nicolás Maduro admite que su promesa de liberar a Leopoldo López si Barack Obama indultaba al puertorriqueño Oscar López Rivera, fue un “comentario jocoso”. “El caso de este señor López está en manos de la justicia venezolana”, respondió Maduro. Otro chiste. De comandante a comediante. La pregunta es pertinente. ¿Cuándo el Jefe de Estado habla de verdad? ¿Y cuándo de mentira? “Asumo la batalla económica”. “Tenemos que torcerle el brazo a la inflación, al dólar paralelo”. “Estoy convencido que 2015 es el año del gran cambio en Venezuela del modelo económico”. “Ellos saboteando la economía y nosotros preparándonos para una ofensiva productiva, de trabajo, demoledora, para ganar la guerra económica en el 2015”. “Este semestre vamos a torcerle el brazo a la guerra económica”. “La tarea principal es que el 2016 sea un año de lanzamiento de un nuevo orden económico”. “Tenemos que convertir el año 2017 en un año de inicio de un nuevo modelo económico”. En cuatro años no habrá ganado la guerra económica, pero jamás ha perdido su buen humor.

La oposición convoca una marcha hacia el Consejo Nacional Electoral. Y todos sabían que no iba a llegar. Igual, cabe la pregunta: ¿cuándo es en serio y cuándo en broma? La toma de Caracas del primero de septiembre marcaría un punto de inflexión para garantizar la activación del referendo revocatorio. Octubre sería el mes de la protesta permanente. Noviembre, la gloriosa manifestación frente a Miraflores. Y en diciembre, la Asamblea Nacional declara la responsabilidad política y feliz navidad. Por allí quedan algunos exigiéndole a la mayoría parlamentaria que defienda con la vida su decisión de aprobar el abandono del cargo. No entendieron. Ahora sí, con franqueza: el Gobierno no se está cayendo. El fin de la revolución chavista no es inminente. Decir lo contrario sonará bonito, pero no es real. Después que nadie se queje de las falsas expectativas y los penosos desengaños. “La verdad os hará libres”, aseguró otro Chúo que no era Torrealba.

Poco a poco –y a trompicones- la oposición aterriza su mensaje. Pese a que en estos momentos no hay noticias del paradero de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), ni se conoce la agenda que impulsará este año, los partidos comienzan a definir el objetivo inmediato: luchar por la celebración de las elecciones regionales en el primer semestre de 2017. Para conquistar esta meta, tendrán que derrotar la enorme resistencia del Estado chavista y sortear las críticas de los “amigos” que los acusarán de negociar la inexorable salida de Maduro a cambio de un puñado de gobernaciones que no sirven para nada. Aunque ahora está sumida en el silencio, la MUD tendrá que hablar fuerte y claro para movilizar al país hacia un destino cierto. Cuando se trata de aferrarse al poder, el Gobierno no echa broma. A la oposición ya no le vale quedarse a medio camino. La cosa es en serio.

Pedro Pablo Peñaloza (@pppenaloza)

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