Pronto tendremos probablemente lo que representa el mayor número de casos de malaria de todos los tiempos en Venezuela, 200.000. “La enfermedad se ha expandido rápidamente por todo el país; ahora hay casos en más de la mitad de los 23 estados. Entre las cepas presentes se encuentra la Plasmodiumfalciparum, la forma más letal y grave de la malaria”.
Vivimos en un país destartalado. Con indiferencia Chávez primero y a continuación Nicolás Maduro aplaudieron que cientos de miles de ingenieros, técnicos, emigraran, despreciaron el capital humano, la verdadera riqueza del país; dejaron a las universidades sin profesores, creyeron que el petróleo aguantaría la fiesta, inventaron el socialismo del derroche.
¿Quién invierte en Venezuela? Ni los cubanos, ni los rusos ni nadie traerán un dólar al país. La incertidumbre hace que hasta los albañiles traten de emigrar a la vecina Colombia.
En cualquier lugar del mundo el estado intentaría despertar confianza, garantizarle al inversionista respeto y al trabajador esperanza de un mundo mejor. En Venezuela sucede lo contrario, solo que mientras al petróleo subía de precio se tapaba el sol con un dedo. Ahora, enfrentamos la desolación de un país destartalado, donde las autopistas comienzan a destruirse, la industria petrolera y minera se estancan y los estudiantes universitarios aspiran a que les firmen el título para marcharse a cualquier parte, a trabajar en lo que sea, lo que ocurría en otras épocas provocaba que llegarán a Caracas cientos de miles de chilenos, uruguayos, colombianos y argentinos. Ahora, en cambio, nos topamos con un venezolano en los lugares más lejanos del planeta.
Los venezolanos emigran no solo por razones económicas, sino porque temen que asesinen sus hijos cuando salen una noche cualquiera pero reconoce que un muchacho joven no puede vivir encerrado entre cuatro paredes.
“En Venezuela, ya lo he dicho, estamos viviendo un proceso de destrucción del trabajo”. El salario de un trabajador, incluso con el reciente aumento, es una verdadera miseria, no alcanza para almorzar, desayunar, enviar los niños al colegio
En los tiempos de la cuarta república, los mejores que ha vivido Venezuela, prácticamente se acabó con la malaria, la alfabetización llegó a todos los rincones, el país era un ejemplo para el resto del continente. Venezuela era la esperanza y el modelo para todo el continente
Se derrumbó el bloque soviético, los chinos se orientaron hacia el capitalismo, los cubanos le extendieron la mano a los Estados Unidos pero Chávez y Maduro quisieron copiar los modelos fracasados del universo. Y ahí están los resultados: un país destartalado.
Solo el mercado produce riquezas, esa verdad la está comprobando Cuba y ahora Venezuela que intenta atraer la inversión privada, pero quien creerá en Chávez primero y ahora en Maduro. Hay la sospecha de que tan pronto aumente el precio del petróleo se volverá a la fiesta estatista, porque ya no se necesitarán inversiones. Por eso mientras no se privatice el petróleo, lo que sigue siendo una herejía siquiera mencionarlo en Venezuela, imperará el estatismo, Pdvsa debe pasar a manos privadas, o continuaremos siendo una economía estatista.
¿Ocurrirá esto? No, porque en el corazón del venezolano sigue siendo un dogma de fe creer que el petróleo deba ser nuestro. No hemos aprendido.
Ahora impera la malaria, no hay sindicatos, vivimos el colapso.
“El país sufre un deterioro tremendo de la calidad de vida”, dice Henkel García, director de Econométrica. Según los últimos estudios de su firma, la inflación acumulada en lo que va de año llega a 274% y la interanual es de 576,5%. El FMI teme que supere los 700 puntos a final de diciembre y para el año que viene los más pesimistas calculan que puede acercarse a 2.000%. Más que en Sudán y Siria, según la revista”.
“Un trabajador gana poco más de 30 dólares y la canasta básica está en 300”, calcula Henrique Capriles. Ban Ki-moon, secretario general de Naciones Unidas, insistió que Venezuela vive una crisis humanitaria donde “las necesidades básicas como la comida, el agua, la sanidad y la ropa no pueden ser cubiertas”.
¿Qué hace Maduro?, ¿qué le preocupa? Celebrar los 90 años de Fidel mientras que la malaria llega a las vecindades de Caracas. Al tiempo.