Muere Madeleine LeBeau. Usted se preguntará: ¿Y quién es Madeleine LeBeau? ¿Por qué ha sido noticia en el mundo su muerte? Esta recién ocurri a sus 92 años, y ha sido noticia gracias unos escasos tres minutos en lo que apareció en la emblemática película Casablanca. De hecho, cuando se habla del reparto de Casablanca, el nombre de Madeleine LeBeau no figura. Hay que ampliar y ampliar ese reparto para que aparezca su nombre. Y es noticia su muerte porque, como dice toda la prensa, es la última superviviente del reparto de tan legendaria película.
Madeleine LeBeau, para recordarla en el film de Curtiz, es esa amante enamorada, despechada ante la indiferencia de Rick (Humphrey Bogart) decide emborracharse en la barra hasta que el bartender trata de aprovecharse. Pero el bueno y siempre noble Rick decide mandarla a casa en un taxi. Un par de minutos apenas, un par de bocadillos en un diálogo nada trascendental e importante en la trama. Pero su imagen pasa a la historia porque, en la escena de euforia cuando se canta La Marsellesa y se enfrentan franceses y nazis, ella es la que se levanta para gritar “¡Vive la France!” Unos cuantos mezquinos fotogramas para pasar a la historia.
Lo interesante es que Madeleine LeBeau llega a filmar Casablanca por una historia muy semejante a la que se cuenta en la película. Ella estaba casada con Marcel Dalio, un actor judío que, huyendo de los nazis, llega a Lisboa con su esposa para, como los personajes de la película, saltar el océano y hacerse una nueva vida al otro lado. Tenían visas, él y su esposa Madeleine, para viajar a Chile. Pero estas resultaron falsas. Así que, después de un periplo bastante accidentado, van en Canadá y de aquí, actores al fin, terminan en Hollywood. Y es así como en 1942, ya en la meca del cine, terminan incorporados al elenco de Casablanca.
Para refrescarle la memoria, querido lector, Marcel Dalio es el joven polaco que, persuadido por el inspector Renault, va jugarse las visas a la ruleta, con lo que pone en riesgo no solo el exilio sino la castidad de su mujer. Hasta que llega Rick, siempre noble, y acaba con todo: disuade a la esposa de que se le entregue a Renault y ordena que la ruleta, inevitablemente tramposa, se detenga a favor del desvalido.
Lo interesante es que Madeleine LeBeau, tan pronto terminó el rodaje, vivió en la realidad el despecho que actuó en la película: Marcel Dalio se separó de ella en ese mismo año de 1942. Luego Madeleine hizo uno que otro pequeño papel en alguna película norteamericana. Y, finalizada la guerra, regresó a Francia donde tampoco hizo mucho. Murió en las costas de Estepona, en España, frente al mar Mediterráneo.
3 o 4 minutos, no más, que bien valieron una larga vida de 92 años, más toda esa eternidad que supone Casablanca.