La ciudad de Caracas amanece hoy en paz. Nubes blancas allá en lo alto en un cielo azul pálido, pero azul en definitiva. Ojalá esa paz que se ve allá arriba, tenga su eco aquí abajo. ¿Por qué el deseo? ¿Por qué manifestarlo en voz alta? Porque la situación no luce cómoda para el día de hoy. El Nuevo País titula, y con razón: “Provocación innecesaria. Tras las amenazas del alto gobierno a la marcha opositora de hoy, extraoficialmente se conoció que Tibisay Lucena no tiene pensado activar pronto la verificación de las firmas para un revocatorio que hasta miembros del Psuv defienden como un logro democrático del chavismo”. Ya la señora Lucena recibió instrucciones, agarró lo que le queda de conciencia, lo dobló en pedacitos y lo guardó vaya usted a saber en el fondo de cuál gaveta. Juega abiertamente con fuego, con la voluntad de los venezolanos. Es una pena que estemos gobernados por personas que irrespetan la Constitución y cuya palabra no tiene ningún crédito.
A manera de ejemplo, he aquí esta muestra:
“La oposición venezolana tiene todo su derecho constitucional garantizado. Si ellos quieren cambiar el gobierno aquí tienen los instrumentos. Si ustedes recogen el porcentaje de firmas en el año 2016 para revocar al presidente de la república, bueno, bienvenido referéndum revocatorio, iremos al referéndum revocatorio”
Eso lo dijo Nicolás Maduro en el año 2013. Tres años después su palabra vale papelillo. Y es él mismo quien la ha pulverizado. Allí están las firmas, allí está la manifestación de la voluntad del pueblo, pero Maduro hace caso omiso de todo, y en su desconocimiento reta y provoca.
En este contexto en el que nos estamos moviendo, Henrique Capriles Radonsky, quien aparece como el principal promotor del revocatorio en la oposición, envía este mensaje a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana: “Hoy la historia demanda que en su condición de autoridad, cumpliendo fielmente con el juramento que le hicieran al Pabellón Nacional, sean ustedes soldados de la patria garantes del cumplimiento de la Constitución (…) Hay un país que seguirá transitando hacia un cambio definitivo, atento y vigilante a las acciones de sus soldados y esperan su respeto y compañía en la decisión de alcanzar un país distinto. Los hombres y mujeres, civiles y militares somos lo mismo, vivimos con o sin uniforme las mismas calamidades. Estamos unidos hoy más que nunca entorno a la crisis y al deseo de un país mejor”.
¿Por qué el mensaje a la Fuerza Armada?
Ayer la ciudad de Caracas estuvo prácticamente militarizada desde las 5 de la mañana. Se nos dice que es un nuevo operativo de OLP, en búsqueda de “El Lucifer”. El Nacional informa: “No lo encontraron – así será el Lucifer, y eso que hay 3 mil efectivos en la calle- pero hubo 8 muertos, 88 detenidos y 136 puntos de control en la salidas de la ciudad”. Quien lee salidas lee también entradas.
¿Va a seguir militarizada la ciudad en el día de hoy? ¿Esos funcionarios están para perseguir al Lucifer o para proteger a los ciudadanos de bien que salgan a las calles a defender sus derechos?
Ha amanecido un día en paz, Dios quiera que termine igual.