Rangel Gómez a lo Pilatos

  Sábado 5 de marzo, 7:35 de la noche. A esa hora, el general Francisco Rangel Gómez, gobernador del Estado Bolívar, publica en su cuenta twitter: @rangelgomezUna vez más politiqueros irresponsables pretenden generar zozobra en el sur de Bolívar. Son falsas las informaciones sobre mineros asesinados.” Se empeñó el general de marras en negar la masacre. Luego dijo que era una maniobra de la derecha; para variar, esa derecha fantasmal que, por lo visto, acosa y asusta tanto a los gobernantes del país. Y en ese mismo tono se ha manifestado también Diosdado Cabello. Efecto Cocuyo: Montaron un show barato con las muertes de Tumeremo para lanzar candidaturas. Cabello aseguró que la oposición aprovechó la masacre de mineros en Tumeremo para montar un “show barato”. ¿Qué quiere decir con “show barato” el hombre que hace un programa de televisión con un mazo de plástico?

  Pero la pregunta más, allá de esto, es: ¿Por qué el general Rangel Gómez y los voceros del régimen se apresuraron en negar la masacre? ¿Por qué taparla? ¿Por qué declaraciones tan destempladas como esas? ¿Por qué no apelar a ese recurrente  comodín de “vamos a investigar e iremos hasta las últimas consecuencias”? Algo ocurrió allí. Según Rangel Gómez: “El sábado 5, cuando declaramos lo hicimos de acuerdo con la información que manejábamos hasta el momento y para esa fecha no había hechos punibles, los cuales dicho sea de paso no me corresponde a mí develar”. Vale y pasa, usted no estaba enterado, ¿pero por qué todavía no se ha retractado de su error? ¿No es demasiada irresponsabilidad de su parte, general, a estas alturas, apelar a una de Pilatos? Y ahora, en recientes declaraciones, Rangel Gómez soltó: “Jamás obtendrán información inexacta o apresurada y mucho menos cuando se trata de vidas humanas”. Para resumirlo en la expresión ahora en boga: ¡Qué cara e tabla este general!

  ¿Pero qué ocurre en esas minas? Según el diputado Américo De Grazia, quien fue el que dio a conocer la masacre: “Esta es la punta del iceberg, todas esas minas se han convertido en cementerios”. Y se pregunta: “¿Quiénes les dan las armas? Esto abre un abanico de preguntas de las que el gobierno no sale ileso. Ahora, esta tragedia no se hubiese develado si no es por la valentía de quienes reclamaron.” Allí está el detalle. Dice el diputado de Grazia: “Desde el 2006 ha habido 26 masacres en la zona, esta tiene la particularidad de contar con dolientes.” Valientes dolientes que revelaron la verdad. Todo esto lo leo en El Nacional donde, además, aparece este llamado de atención de Cofavic. “… estos hechos (masacres y desapariciones forzadas en la zona minera) en su mayoría han quedado silenciados por el miedo y porque una parte importante de las victimas presuntamente son extranjeras y no tiene dolientes en la localidad que reclamen”. Cofavic señala que se puede determinar la consolidación del control de grupos armados civiles en esa area lo que determina una omisión del gobierno. “El Estado es responsable de los sufrimientos físicos, mentales y morales padecidos por las víctimas, así como por la falta de investigación sufrida por sus familiares, y por todos los daños ulteriores que se deriven de estos acontecimientos.”

  Es otras palabras, ni que Rangel Gómez quiera ahora lavarse las manos puede eludir la responsabilidad que como Gobernador tienen en estos hechos oscuros y sangrientos. Y con él las demás autoridades de la zona, curiosamente militares, porque toda la zona está bajo protección militar.

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