La MUD anuncia, con suficiente antelación, la hoja de ruta del cambio. Excelente noticia. Hablamos de la continuación del cambio, porque el cambio ya comenzó. El mapa incluye todas las vías constitucionales y democráticas que existen. Estupendo no dejar por fuera del portafolio ninguna vía.
La democracia es un sistema exigente. Demanda de la sociedad y de los ciudadanos el desarrollo de musculatura. Los enemigos de la democracia solían enfrentarla a golpes. Luego aprendieron que mejor era derrotarla con sus propios instrumentos. Así, se disfrazaron y maquillaron de demócratas, engañaron a los pueblos y se encaramaron en las poltronas del poder. Una vez allí, empezaron a destruir al sistema democrático. La reacción de los verdaderos demócratas fue, primero, de asombro, luego, de rabia y rebeldía y, finalmente, de entender que a los mequetrefes pseudo demócratas habría de vencérseles a punta de perfeccionamiento democrático. Parece un juego de palabras, pero no lo es. Desde que la oposición venezolana entendió eso, los resultados no han hecho sino favorecernos. Claro, no hemos logrado aún vencer del todo a esta mascarada bautizada como revolución. Pero los números hablan por sí solos. En cada proceso electoral hemos aumentado las cifras de apoyo. Todos hemos aprendido. Para bien.
El gobierno está metido en un saco. En el oscurantismo de su pensamiento no se percató que el tiempo transcurría, inexorablemente. Que la caída en picada de los apoyos a su gestión venía de la mano de su incapacidad para el manejo de políticas públicas que beneficiarán a las masas. Los resultados del despojo del que fue víctima Venezuela están a la vista y nadie puede simular una bonanza que solo está en los bolsillos de esa nueva clase social llamada “el enchufadismo”.
2016 llegó. Y con él una nueva legislatura con mayoría anti oficialista. Con esa mayoría se puede considerar la promoción de un enmienda constitucional para recortar el periodo presidencial y hasta borrar la posibilidad de la reelección. Con 2016 llegó también el año en el que se puede activar el complejo y enrevesado dispositivo constitucional que permite la revocatoria del mandato presidencial. Y en medio de estos escenarios de colapso económico, no es para nada descarta le que la situación se le ponga tan roja al gobierno que considere seriamente la renuncia presidencial o hasta el abandono del cargo.
Hay quien dice que esto es un juego de ajedrez. Para nada. Es un enfrentamiento entre unos que con mentalidad de caudillos aplastadores del pueblo y unos demócratas que ya consiguieron convencerse y convencer al pueblo que la farsa destruye el progreso y las posibilidades de bienestar y desarrollo.
2016, como pronosticamos, será un año difícil, complejo, plagado de angustias y carencias, pero también es el año del despertar de esta pesadilla. “Sentir de pronto amanecer con una inmensa claridad, dejar atrás lo que era gris para descubrir lo que es verdad…” Nada importante se logra sin esfuerzo. Vamos con todo y por todos. Vamos por Venezuela.
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