¿Cuán lejos está la unidad?

   El Obispo de la ciudad de Coro, Monseñor Roberto Lückert, criticó días atrás a la oposición porque esta no había presentado un plan de ningún tipo. Pues pareciera que, casi respondiéndole al obispo, Henrique Capriles, líder del sector opositor y ex candidato presidencial, presentó un plan económico. Plan polémico, para muchos audaz, para otros no tanto.

   Lo fundamental: propone un ajuste de 50% del salario de todos los trabajadores, un fondo de 250 millones de dólares para beneficiar a 9 millones de estudiantes en el venidero regreso a clases, la devolución de las empresas expropiadas o la entrega a los trabajadores donde sea imposible la devolución, la revisión inmediata de los convenios petroleros como el de Petrocaribe. Dice Capriles: “No podemos seguir regalando el petróleo”. Y planteó que Venezuela debe buscar mejores condiciones para su compromiso de deuda externa. “La salida no puede ser el piso de Maiquetía, la salida no es Maiquetía, la salida hay que parirla aquí. El no hacer nada no es el plan para nosotros, ese es el plan del gobierno (…) Aquí no hay ninguna guerra económica ni imperio que quiera invadir a Venezuela, tenemos un gobierno que despilfarró la mayor bonanza petrolera que ha tenido el país.”

   Esto desató de inmediato a una fuerte discusión entre economistas opositores. Llama la atención que el oficialismo no se dio como por aludido (siguió con el tema del Esequibo y demás). Pero en ese micro mundo que es el twitter, hasta cerca de la media noche hubo una larga discusión entre economistas -insisto, opositores- enfrentados sobre la pertinencia del mensaje.

   Escribió el economista Luis Oliveros: “Lo primero es que ha habido una propuesta. Para algunos es más fácil destruir que aportar”. Francisco Ibarra, uno de los más críticos, insistió en el tema salarial: “Si el aumento de salario propuesto hubiese venido con un plan de ajuste del precio de la gasolina, habría sido una jugada audaz.”

   En todo caso allí hay un plan para discutir, y es oportuno precisar que es un plan de trabajo para enfrentarse a lo que es y representa el gobierno de Nicolás Maduro. Pero qué cosa con la oposición, que, por los vientos que soplan, ya se ha parcelado tanto que le cuesta ver un poco más allá. La miopía es grande. Esto viene a colación, aparte de la interesante discusión entre los economistas, por el significativo detalle de que sólo algunos diarios -2001 y El Nuevo País, en Caracas, y El Correo del Caroní, en Ciudad Guayana- se ocupan de reseñar las palabras de Capriles. Otros lo ignoran por completo, y no sólo los diarios oficialistas.

   Eso no habla bien de lo que está ocurriendo en la oposición, porque eso evidencia que cada uno está haciendo su juego particular. Y si cada uno está en su juego particular la unidad se pone lejos. Y si se pone lejos la unidad más lejos aun se pone una eventual victoria el 6 de diciembre. Y más lejos aún que el Plutón recién redescubierto, el mismísimo porvenir del país.

 

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2 comments

  1. Si partimos de lo ya muy conocido que es que tenemos el gobierno q nos merecemos asi pasara tambien con la oposicion es decir la oposicion q nos merecemos parcelada,dispersa se debe hacer algo y cuando se hace se cuestiona y empeñada en no aprender de los errores?

  2. unidad ese termino aun tan vacío en los politicos autonombrados lideres de oposicion en Venezuela, todos quieren reyecitos dominantes y eternos aun despues despues de muertos quieren seguir reinando

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