El diario Vea conmemora hoy en páginas centrales, en un amplio reportaje que firma Carlos Ariel Batatín, “El Porteñazo: Rebelión inédita en América Latina”. Cuando se están cumpliendo 53 años de la asonada golpista.
“A finales de la década de los 50’ era evidente que muchos militares venezolanos estaban identificados con ideas patrióticas, revolucionarias y antiimperialistas, del naserismo en Egipto, igual sucedía con la revolución peruana encabezada por el General Juan Velazco Alvarado, y en el sentido más radical con la revolución cubana bajo el liderazgo de Fidel Castro. Hoy a las 2 de la tarde, en el Teatro Principal de Caracas, habrá un acto de la Comisión por la Justicia y la Verdad sobre tan importante hecho.”
El reportaje alude a la violenta y cruenta irrupción golpista de oficiales de la Armada, en Puerto Cabello, contra el gobierno constitucional de Rómulo Betancourt. Y publican la famosa foto de Héctor Rondón Lovera -que aquí confunden con Juan Rondón-, el único venezolano hasta ahora en ganar el Premio Pulitzer. La foto de Rondón Lovera, en efecto, le dio la vuelta al mundo: el Padre Padilla, desconcertado, mira a un punto fuera de cuadro, como buscando auxilio, mientras sostiene a un soldado moribundo –identificado en Vea como “leal al gobierno- arrodillado ante él en el charco de sangre.
En 1962, por estas fechas, Rómulo Betancourt estrenaba la democracia, y la estrenaba enfrentando tanto a la derecha -a la verdadera derecha, a la derecha internacional, inclusive, que hasta le mandó un bombazo en Los Próceres-, y a la izquierda, la local y la internacional porque Fidel Castro estaba financiando la guerrilla.
Cuando hoy, cincuenta y tres años después, Vea aplaude esa rebelión que Betancourt derrotó con las Fuerzas Armadas Nacionales leales a la democracia -no a Betancourt, sino a la democracia— está saludando la interrupción del hilo constitucional, está saludando el golpe de estado, está saludando la fuerza, esta saludando la sangre, está saludando la violencia.
El detalle no es de extrañar en los editores de Vea, que forman parte de esta malhadada revolución que irrumpió en la historia venezolana con una intentona golpista, precisamente, aquel aciago 4 de febrero de 1992. De allí en adelante la violencia, el irrespeto por el hilo constitucional, el irrespeto por la Constitución y la leyes, ha sido la marca. De hecho, las elecciones son casi un formalismo. Mucho insisten en que hay que respetar los resultados electorales. Los que adversan al gobierno los han respetado en todas las circunstancias, los del gobierno no tanto.
Recordarán ustedes el 2 de diciembre de 2007, cuando la oposición, en una victoria que calificó escatológicamente el entonces presidente Chávez, derrotó en referendum la propuesta de reforma constitucional presentada por el gobierno. Lo fundamental de esa reforma era la reelección indefinida del presidente de la república. El pueblo dijo NO, no queremos que usted se reelija como presidente. Pero después, gracias a trampas, trucos y demás artificios en el TSJ, esa victoria popular fue desconocida.
Y hay muchos más casos. El de Elías Jaua, por ejemplo, derrotado en el Estado Miranda a quien se le convierte luego en “Protector” del mismo Estado, burlándose la voluntad popular. O el del gobierno inconstitucional que han inventado en el Distrito Capital, ante las continuas victorias de Antonio Ledezma como Alcalde Metropolitano. Ha habido, pues, irrespeto a los resultados de los procesos electorales. Por ello lo que prevalece es la violencia.
Es en este contexto, cuando arranca el mes de junio, que todavía no sabemos cuándo será la fecha de las elecciones parlamentarias. El Correo del Orinoco, diario oficialista, hoy afirma en su gran titular: “El Defensor confirmó que las Parlamentarias se celebrarán en noviembre o diciembre. Y dijo: “Sólo resta esperar el día.”
En efecto, Tareck, lo que estamos esperando es el día. ¿Pero por qué el día no se da? ¿Por qué esta mamadera de gallo? Dijo Tareck que Tibisay le dijo que las elecciones serán en los últimos meses del año. ¿Por qué el misterio? ¿Se les perdió el calendario? ¿Qué hay detrás de esta suerte de limbo?
Ayer, en el programa de radio, Henrique Capriles Radonsky nos declaró que no le extrañaría que el gobierno suspendiese las elecciones. Si se suspenden entramos ya en otro territorio.
¿Será por eso que hoy están conmemorando el Porteñazo?