Dos años después

   Detengámonos un momento en la primera página del diario oficialista Vea: “Maduro resalta que la lucha de Chávez no se ha perdido”. Esta frase abre la posibilidad de que, en efecto, esa lucha se pierda o de que, cuando menos, haya habido sospechas de que se pueda perder. Más abajo una fotografía muy bien pensada nos muestra un mural donde aparece el rostro inmenso de Hugo Chávez. En primer plano, un par de niñas sonríen mientras se recrean con la pantalla de una Canaimita, y, más atrás, un anciano de barba blanca las observa. “Una siembra para varias generaciones”, es el título de esta foto y la leyenda que la acompaña dice: “Su presencia resulta infinita cuanto más se empeñan algunos en afirmar que está ausente. A los años de su siembra sigue travieso entre niñas y niños, pero cauteloso y sabio entre adultos. Su obra perpetua cabalga imparable como la tormenta sobre nuestras vidas, sobre todas las vidas.”

  Ya lo decíamos, una característica importante de esta revolución ha sido su desmedida cursilería. Pero más allá, ¿qué quiere decir esta cursilería? Se ha hecho de Chávez una figura póstuma más grande e importante que la del mismísimo Simón Bolívar, y ese es el bastión del cual se quiere agarrar el régimen del presidente Nicolás Maduro.

  Hoy se cumplen 2 años de su muerte- que en ese eufemismo cursilón el chavismo quiere llamar “siembra”-. Ya para esa fecha, dos años atrás, se dudaba de la verdadera situación del presidente Chávez: nunca nadie le vio cuando regresó de Cuba. Según el Capitán Leamsy Salazar, falleció puntualmente el día 31 de diciembre a las 7:30pm., en Cuba. Otros también alientan especulaciones en este sentido. Pero, por ahora, dejemos todo eso de lado. Lo fundamental es que desde hace dos años no existe, no está Hugo Chávez para conducir el país y su revolución, y esa esa responsabilidad ha caído, formal y oficialmente, en Nicolás Maduro.

  El presidente llama a conmemorar la efemérides. En El Nacional leemos: “El Ministerio de Educación sugirió a las escuelas hacer poemas por Chávez”. Todo, pues, parece insuficiente para inflar y deidificar su figura.

  Pero La Verdad, en Maracaibo, agua la fiesta: “Mal hijo de Hugo. Hoy se cumplen dos años del fallecimiento de Hugo Chávez Frías, Nicolás Maduro su sucesor no resiste la comparación los índices que ya entonces eran malos, hoy son alarmantes. Y el gran titular de este diario marabino resalta: “El dólar negro escala a Bs 264. El meteórico aumento de la divisa en el mercado ilegal abre brecha de 87 bolívares con el dólar Simadi. Ya es hora de llevarse las manos a la cabeza, el dólar negro de Venezuela se asemejó a un cohete ayer, luego que su precio llegara a 264, 12 bolívares por 1 dólar. Tal realidad abre un abismo con la divisa oficial más cara la del Simadi que ayer se ubicó en 176,74. Economistas explican que las causas están claras, no hay  dólares suficientes si la demanda es infinita frente a su escasa oferta. Así se agrava la economía con un efecto dominó, los productores y empresarios al no hallar respuesta a sus necesidades en el mercado gubernamental tienen dos salidas: recurrir al negro o bajar las santamarías, Un combo letal.”

  El Nacional nos dice: “En realidad el Simadi está estancado desde que entró en vigencia. La única oferta que había hecho el Banco Central fue el 18 de febrero cuando se adjudicaron 4.200.000 dólares a 32 entidades. Las casas de cambio no tienen dólares para vender”.

  Esta es la cruda realidad: dos años después de la muerte de Hugo Chávez hay dos Venezuela muy claras y diferenciadas: una a 6,30, mil millonaria y corrupta, y una empobrecida y devaluada hasta más no poder con un dólar a 264 bolívares.

  Ante una realidad como esta, pueden ordenar todos los poemas que gusten, cantar todas las veces que quieran “Linda Barinas”, y ensalzar hasta el infinito la figura de Hugo Chávez. Todo será inútil. Los próceres quedaron en el pasado y para el presente ya no hay.

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