Anoche en el Teatro Chacao, se dio un evento de los más memorables que puedo recordar en esta larga vida de 60 años. Valentina Maninat y Juan Souki produjeron un espectáculo cargado de emoción, ingenio y calidad para celebrar los 25 años de este programa. Y en medio de esa celebración, de repente, Ana María Simon me pregunta ¿Cómo sueño Venezuela?
Como saben, esta celebración de los 25 años del programa la hemos hecho con todos ustedes nuestros oyentes preguntando a venezolanos de todos los oficios ¿Cómo sueñan Venezuela? La pregunta, por supuesto, me tomó por sorpresa. La pensé un poco y dije que, jugando con esa idea del amanecer, yo soñaba con una Venezuela que amaneciese en paz. Pero para que Venezuela pueda amanecer en paz tiene que ser una Venezuela ya reconciliada, donde todos los venezolanos nos reconozcamos con todas nuestras diferencias, que nos reconozcamos los unos a los otros en el mismo país, en el mismo territorio, en el mismo día a día.
Para que se pueda dar esa reconciliación hace falta armonía, concordia entre todos. Y para que se pueda dar esa armonía y concordia, para que se pueda dar esa superación de prejuicios, tiene que haber justicia en el país. Y para que haya justicia tiene que rescatarse la institucionalidad. La justicia, con todo lo que ella implica, ha sido la principal víctima de este largo período que hemos vivido. Y para restablecer la justicia hay que acabar con la impunidad. Porque la impunidad es ese monstruo, esa hiena terrible que se ríe de nosotros, que se carcajea al ver nuestra indignación. Para acabar con esa impunidad entonces hay que castigar el mal hecho. Anoche recordé a Dostoievski: todo crimen supone un castigo. Y haber destruido al país es un crimen que debe ser castigado por la justicia.
Una vez que hayamos restablecido la justicia, borrando por siempre la impunidad, podremos entonces recuperar la concordia y la armonía necesarias entre todos nosotros para así, por fin, reconciliarnos y ser el país de todos los venezolanos. Después de un trauma tan duro y tan fuerte, volver a ser un país lleno de venezolanos esperanzados en el presente y en el porvenir.
Y finalizaba anoche mi sueño de Venezuela diciendo: sólo así podré decir, en este programa de ustedes: Muy buenos días, amanece de verdad una Venezuela luminosa y en paz.