En los cuentos de hadas siempre hay una princesa que espera por un príncipe azul. Me viene a la memoria La Bella Durmiente, ella estaba dormida hasta que tendría que venir el que la despertase con el primer beso de amor. Los padres de las princesas en los cuentos de hadas, las cuidan, las protegen, las miman y esperan a que lleguen esos príncipes. Según la historia, según el cuento, se riegan proclamas por el reino y entonces acuden los pretendientes.
En estos tiempos modernos del siglo XXI, hay un señor de mucho dinero conocido como Cecil Chao, tanto dinero tiene que en la foto que le veo en el internet, sus lentes son de oro, sus lentes oscuros son de oro.
El señor Cecil Chao tiene una muy abultada chequera. El señor Cecil Chao ha ofrecido 95 millones de Euros al pretendiente que logre conquistar a su hija, a su hija Gigi Chao. No es la primera vez que Cecil busca pretendiente para Gigi. En septiembre del año 2012 hizo la misma propuesta. Y recibió 20 mil solicitudes de pretendientes, él las discriminó convenientemente y dejó un número muy reducido, pero al final la cosa no llegó a nada.
Ahora vuelve a pretender y lanza esta oferta, ahora superior a la del 2012. Se pregunta usted: ¿Qué tiene la joven Gigi? ¿Es tan fea así que nadie osa acercársele? Como sabemos, en el amor no hay mujer fea, pero de eso se trata, de que algún hombre: Uno, se enamoré de ella y Dos, logre que ella se enamoré de él. El detalle fundamental es que Gigi dice que ya está casada, que se casó hace 9 años con Sean Eav, que se casó en Francia. Y el detalle, que es lo que más perturba a su padre Cecil, es que Sean Eav es una mujer.
Gigi ha publicado abiertamente su condición de lesbiana y por ninguna manera quiere cambiarla. Pero su padre Cecil, quizá como los viejos reyes de los cuentos de hadas, quiere que su hija Gigi, cual bella durmiente, sea una chica que tenga un marido y que le de muchos nietos a Cecil. A lo cual como usted comprenderá se niega Gigi. Gigi ha dicho que “no le importaría tener amistad con cualquier hombre que este dispuesto a donar una importante suma de dinero a su organización caritativa que se llama Fe en el amor que siempre tenga en cuenta que ya yo estoy casada y que soy lesbiana y que estoy muy orgullosa de serlo”.
Allí es donde estrellan contra la pared todos los pretendientes para dolor y frustración de su padre Cecil Chao, para quien como dice el viejo refrán: No todo en la vida es el dinero o los ricos también lloran y sufren. Y les cuesta casarse.