Duerme el Sol

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  Nos despertamos cuando sale el sol, es un decir. La mayoría se despierta con el despertador, pero cuando la luz del sol sale y usted no tiene la angustia de un despertador porque tiene que llegar rápido a la oficina, a usted le despierta la luz del sol. En  vacaciones usted se cuida de cerrar muy bien las ventanas para que ese sol impertinente no le vaya a despertar. Los seres humanos nos despertamos con el sol, los seres humanos, los animales, todos nos despertamos con el sol y salimos pues a disfrutar de sus bendiciones.

  En una película vieja de televisión, de esas de ciencia ficción, recuerdo un comentario decía; los seres humanos, los terrícolas,- porque supuestamente lo decía un extraterrestre-, duermen sencillamente porque se les va el sol y al ponerse la oscuridad se ponen a dormir. Claro el extraterrestre no conocía los placeres de la vida nocturna obviamente. Pero en definitiva la idea fundamental, si sale el sol nos despertamos.

  Por ello me llamo tanto la atención cuando leo esta nota publicada en la BBC cuyo titulo viene entre signos de interrogación: ¿Se quedó dormido el Sol? ¿Es que acaso es posible que el Sol se quede dormido? Y si el Sol se queda dormido ¿Qué implica esto? Si el Sol se queda dormido y se paga pues nos apagamos definitivamente todos. Todo el Sistema Solar, todos estos planetas y los satélites que nos rodean, más no, la situación es que el Sol se queda dormido. Como le pasa   a usted cuando se queda dormido, se pasma, se relaja y sé, digamos, se desconecta.

  Leo lo siguiente de este trabajo que firma Rebecca Morelle en la BBC:

 “En los 30 años que he sido físico solar y nunca he visto algo así”, exclama Richard Harrison, jefe de física espacial del laboratorio Rutherford Appleton en Oxfordshire, Inglaterra.

  Muestra entonces las últimas imágenes tomadas por una nave espacial capacitada para observar nuestra estrella. Se revela al Sol en exquisito detalle, pero tiene una cara extrañamente uniforme.

  “Si quieres buscar cuándo fue la última vez que el Sol estuvo así de inactivo, tendrás que irte 100 años atrás”, dice el físico nuclear.

  Ha llegado el Sol a su máxima solar, el punto cumbre de la actividad en su ciclo de 11 años.

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  Entonces explica que el Sol lleva sus ciclos y así como nosotros dormimos todas las noches, cada cierto número de años el Sol amaina en su actividad y al amainar no se le ven esas manchas continuas que son como las grandes explosiones desde donde embullen y estalla el calor.

  El período de inactividad más largo ocurrió durante la segunda mitad del siglo XVII, el Sol, en ese entonces, se sumió en una fase extremadamente calma, un período conocido como el mínimo de Maunder. Y eso obligó a inviernos muchos más crudos, mucho más fríos y completamente nevados, como los que se están viendo en estos tiempos.

  Ahora bien, ¿estos cambios en la tierra obedecen a esos ciclos del Sol? Porque se habla tanto del proceso del efecto invernadero y el calentamiento global. Y este calentamiento, este proceso invernadero es responsabilidad exclusiva del hombre. Que el Sol se acueste a dormir cada cierto tiempo es cosa del Sol no de los hombres. El efecto invernadero en nuestro planeta sí.

  Aparentemente son cosas completamente distintas, aunque en sus consecuencias terminarían dándose la mano y afectándonos por igual.

  Por lo pronto en los polos, en las regiones extremas de nuestro planeta, tienen que prepararse para cada vez más fríos, inviernos más largos, más nevados y en este caso más oscuros, hasta que el Sol como usted cada mañana, despierte.

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