Historia del Quinteto Contrapunto (2)

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Imagen 2  Seguimos adelante navegando esta semana con la maravillosa música de El Quinteto Contrapunto.

  El Quinteto ya tenía dos integrantes, barítono y bajo, es decir, Fucho y yo,  -escribe Domingo Mendoza-.  Rafael Suárez tocaría el cuatro, sería la voz barítono y el bajo sería Domingo Mendoza, faltaban los otros tres. Y escribe Domingo:

  Días antes la prensa había reseñado la llegada al país de Morella Muñoz, gran amiga y compañera durante muchos años en el Orfeón Universitario, cuyo creador, director, inspirador y dictador era Antonio Estévez, inventor de místicas.  Morella residía en Austria, donde había hecho carrera, y venía eventualmente a Venezuela a cumplir, como gran figura del canto, obligaciones profesionales. Una diva. Se trataba entonces de catequizarla a ver si aceptaba formar parte de este mundo, empresa nada fácil dado le mucho tiempo sin vernos y sin cantarnos, y también, por lo escabroso de su personalidad. Además no conocía a Rafael Suárez, y lo que era peor, no sabía quién era. Por teléfono y por supuesto, se negó rotundamente. “Domingo tengo una bien ganada reputación como solista en las principales salas de Europa, y no puedo complacerte catando en un conjunto que se va a formar para cantar música popular. Creo mucho en ti ,pero lo siento”.   Más, cometió la gentileza de aceptar una invitación a cenar en mi casa. Sobre la marcha llamé a Jesús Sevillano, también amigo y compañero del mismo Orfeón. Recién llegado de España, graduado de médico, a Sevillano tampoco lo veía desde que no era médico y tampoco conocía a Fucho.  Éste, por su carácter esquivo, fue prácticamente obligado a asistir, (lebranche al horno) y llevar algún tema arreglado. Llevó tres. La suerte estaba echada.

  En quórum completo: Hilda, Florentino, Marielena y Juancho, además de Morela y Sevillano, el dueto Suarez -Mendoza,  en pleno ejercicio de su timidez interpretó una canción en el estilo libre que ya dominábamos y estimulados por el aperitivo, el reencuentro y ante el silencio placido del público sonriente, nos atrevimos a otra y a otra. Morella permitió que un gesto de complacencia la traicionara y eufórica nos regaló un sí redondo y sin bemoles; y Sevillano cuya profesión de partero no lo dejaba, según decía, un minuto libre, manifestó que haría cualquier sacrificio para cantar con nosotros a fin de que el proyecto no abortara.  

  El proyecto no abortó.

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5 comments

  1. CM donde se podría contactar a Domingo, grana amigo de la familia pero le perdimos el rastro hace tiempo… A mi madre le encantaría saber de el… Gracias

  2. Escuchar de nuevo la música del Quinteto Contrapunto es algo realmente “alucinante”, pero si a esta experiencia le agregamos la historia del grupo narrada por César Miguel Rondón esto no tiene un calificativo apropiado y justo. El Contrapunto es en sí un signo y símbolo de aquella Venezuela que se quedó en las páginas amarillentas y arrugadas de nuestros días de escuela. De aquel país que añoramos y que desearíamos, fervorosamente, que regresara. Agradecido por despertarnos estos gratos recuerdos!!!

  3. Mi padre adoraba a contrapunto en mi casa no habia tv solo radio en un programa Los Domingo me enseno a querer la musica venezolanos prof ucv cruz arias

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