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  ¿Qué será de la vida de Snowden? Hoy, en el Tal Cual, Laureano Márquez con mucha agudeza dice: Este es un país muy raro, recién expulsamos a un gringo que es un cineasta acusándolo de espía de la CIA y, ahora, le damos asilo a un auténtico ex espía de la CIA, cosa rara. Lo cierto es que el Gobierno se está complicando, se está metiendo en un terreno delicado por este asunto  Snowden. Pero a Maduro le conviene, le brinda una especie de megáfono planetario, le paran en el mundo y tiene la oportunidad de ratificar su discurso anti- imperialista, o en todo caso anti Estados Unidos. Pero hay un detalle interesante, dice El Nacional citando a José Miguel Vivancos, director para las Américas de Human Rights Watch: “El país que acoja a Snowden debe garantizar libertades”. El Gobierno venezolano no tiene autoridad para ofrecer asilo porque no respeta la libertad de expresión, intimida a la población y erosiona los derechos humanos”. Esto de “intimida a la población y erosiona los derechos humanos” también lo tenemos en el gran titular de Notitarde: “Autoridades venezolanas utilizan investigaciones de violencia electoral para acusar a la oposición”. Eso es lo que dice Human Rights Watch, y Vivancos se lo plantea en una carta nada menos que a la Organización de Naciones Unidas.

  Pues eso es exactamente lo que ocurrió ayer con nuestro compañero Nelson Bocaranda, citado por la Fiscalía para que respondiera por los sucesos de violencia posteriores al 14 de abril. El Universal le cita: “Se demuestra que yo no incité a nadie”. Y en definitiva solo me pasaron factura por informar sobre el estado de salud de Hugo Chávez. Eso es lo medular.

  Mientras todo el Alto Gobierno por igual -Maduro, Jaua, Cilia Flores, Arreaza, Molero- hablaban del magnífico estado de salud de Hugo Chávez, que prácticamente volvería a despechar desde la silla en Miraflores, Bocaranda, con muy buenos datos como se comprobó al final, demostró el señor estaba mal, que el señor estaba enfermo, en una situación realmente muy complicada. A la larga se demostró que todo el Alto Gobierno resultó un combo de mentirosos, jugando con algo delicadísimo para la estabilidad del país, de la nación. Y la verdad la tuvo y la divulgó un periodista. Periodista que ayer fue vilipendiado a la salida de la fiscalía. A Mario Silva le permitieron salir por detrás, protegido y demás. A Nelson Bocaranda, escoltado apenas por nuestras productoras Michelle de Sousa, la Yaya Andueza, María Alejandra López y Susana Rodríguez, le soltaron una andanada de insultos e improperios, vejaciones de todo tipo, afortunadamente solo de palabra, y esto es una práctica, una actividad muy a la cubana.

  Cerramos el comentario con una alusión a la ministro Meléndez, la Almirante. Ella causó muy buena impresión por su designación, y, ya lo habíamos comentado, hasta una persona que conoce tanto de esto como Rocío Sanmiguel saludó su designación. La Almirante ministro se declara muy constitucionalista. Pero, como bien apunta Tal Cual, se estrenó violando la Constitución. ¿Por qué? Leo algunas de las citas. Lo primero fue “declararse hija de Hugo Chávez”. Y a Maduro: “Cuente usted, mi Comandante en Jefe, con que estaremos hombro con hombro en defensa del proceso revolucionario”.

  Almirante, el proceso revolucionario no aparece en la Constitución, que es lo que usted debe defender.

  En fin… Una más.

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