Inmaduro internacional

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  No ha cumplido un mes de juramentado y ya en el día de hoy Nicolás Maduro inicia su tercera gira al exterior. Recordemos el primer viaje. No tenía una semana de juramentado y se fue a Cuba a un viaje de varios días, tuvo reuniones de largas horas con los hermanos Castro, firmó nada menos que 51 acuerdos y dejó 2 mil millones de dólares en la isla.

  El segundo viaje fue uno que no estaba previsto, viajó de emergencia a Lima cuando se dio la reunión de UNASUR. Henrique Capriles había advertido que viajaría y se le adelantó Maduro para exponer primero su punto de vista.

  Y ahora viene esta tercera gira que lo lleva a los países del Mercosur. Como decíamos, tres viajes internacionales y no tiene un mes de juramentado. ¿A qué va al Mercosur? Como ayer lo analizaban los especialistas, acá en el programa, va en un momento en que la situación del país no luce nada tranquila. Vista desde el exterior Venezuela ha pasado a ser un foco de preocupación.

  El gran titular de hoy en El Nacional es harto elocuente en este sentido: “Alerta en la región por crisis en la Democracia venezolana”. A los parlamentarios suramericanos les alarma el poco respeto del Psuv a las minorías. Cuando el Presidente Nicolás Maduro inicia una gira por países de Mercosur, legisladores Uruguayos calificaron la visita de inoportuna e inconveniente y le pidieron a José Mujica que le exija a su homologo venezolano respeto a las instituciones democráticas. Marco Aurelio García, asesor de la Presidencia de Brasil –muy cercano a Hugo Chávez, fue el hombre que realmente manejó las relaciones con Venezuela en los tiempos de Lula- le reflexiono a Maduro sobre el resultado de las elecciones del 14 de Abril. Le cita  El Nacional: “Ya cuando Chávez ganó en octubre se prendió una luz amarilla, ahora esa luz es naranja”.

  El Partido Colorado del Uruguay lamenta que el CNE no haya realizado la auditoria requerida para validar el resultado del 14 de Abril. El partido nacional rechaza las agresiones contra la oposición en la Asamblea.

  El Presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, afirmó que defenderá por las vías diplomáticas la dignidad de Álvaro Uribe de las polémicas declaraciones de Maduro que lo acusó de participar en un plan para asesinarlo.

  Porque, a todas estas, tenemos por delante la intemperancia, la impericia de Maduro. Uno no se explica cómo fue seis años Canciller. Habla realmente como un camorrero, todo le irrita, se siente agredido por todo, así será su inseguridad. El Ministro de Relaciones Exteriores de España se propone mediar y lo manda bien lejos, usted sabe a dónde, no sea entrépito. Con la misma, sumamente agresivo con Obama. Igual reaccionó en el caso del Perú. Pues bien, a propósito del Perú, el muy influyente diario Limeño El Comercio, ayer editorializaba de esta manera -el título ya del editorial lo dice todo-: “Internacionalmente Inmaduro”. Leo un par de párrafos:

  Lo único que le solicitó el canciller Roncagliolo al gobierno de Nicolás Maduro fue “tolerancia” y “diálogo”. No le pidió que realice una auditoría seria de la votación que lo llevó al poder, que no amenace a su principal opositor con ponerlo tras las rejas, que deje de azuzar la violencia en su país, ni que ordene a sus diputados abstenerse de agarrar a golpes a los congresistas que no reconozcan su mandato. El canciller no le hizo a Maduro ninguna de estas solicitudes, que hubiesen estado más que justificadas tal como están las cosas en Venezuela. Solo le pidió tolerancia y diálogo. Pero, claramente, para el presidente venezolano eso es mucho pedir porque declaró que el canciller peruano había “cometido el error de su vida”.

  Las actitudes matonescas del señor Maduro no son novedad. A la injustificada reacción ante la solicitud del señor Roncagliolo se le han sumado las calificaciones de “impertinente” al ministro de Asuntos Exteriores español y de “inmoral”, “injerencista” y “cínico” al secretario general de la OEA, solo porque ambos expresaron su preocupación sobre la tensa situación política en Venezuela.

  Y de allí en adelante pasan a analizar todos los últimos inconvenientes. Esto es lo que se está viviendo en el exterior. Son otros tiempos, por lo visto ya lejanos, en los que salía Hugo Chávez con o sin chequera, según el decir de tantos, y se ganaba el aplauso, la admiración de todos, eso ya ha cambiado. Quizá por esas razones escribiera Mario Vargas Llosa, el pasado domingo, ese interesante e importante artículo: “La lenta muerte del Chavismo”. Quizá no tan lenta dada las características o la inmadurez, como dirían los peruanos, del señor Maduro.

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