Un artículo publicado en el diario “El País” de Madrid, que es en realidad una reproducción de un trabajo de Walter Oppenheimer firmado en Londres, dice que Charles Chaplin fue objetivo del MI5, el servicio de espionaje interno en Inglaterra.
Los servicios secretos británicos no se tomaron demasiado en serio los requerimientos del FBI en los años 50, para que investigaran si Charlie Chaplin había sido militante comunista en su juventud. Esto según se desprende de los documentos que acaban de desclasificar los archivos nacionales británicos.
Las simpatías izquierdistas de Chaplin, que en aquellos momentos estaba en la cima de su prestigio personal, aunque sus mejores obras probablemente ya se habían quedado atrás, eran sobradamente conocidas. Pero en plena caza de brujas del senador McCarthy, Estados Unidos quería ir mas allá, y puso a Charlotte en su punto de mira.
El actor y director, residía en Estados Unidos, cuando en 1952, viajó a Europa para recoger un galardón, y se encontró con la sorpresa de que los norteamericanos no le dejaban volver a entrar en el país. Aunque británico de nacimiento, decidió instalar su residencia en Suiza, donde moriría en 1972.
Esta historia la podemos ver magníficamente, en una película homenaje a Chaplin, llamada así “Chaplin”, del gran director y actor británico Richard Attenborough. Protagonizada por Robert Downey Jr., en uno de sus primeros, grandes y destacados papeles. Allí se ve la furia que desde un primer momento, siente hacia Chaplin, ese personaje siniestro que fue J. Edgar Hoover, el director del FBI.
Hablando de películas, tenemos la reciente película dirigida por Clint Eastwood tituala “J. Edgar” con la protagonización de Leonardo DiCaprio, en el papel de J. Edgar Hoover.
Esta película hace hincapié en el tema de la homosexualidad de Hoover, hecho que lo convirtió en un personaje, osco, siniestro.
Hoover, tuvo una larguísima pasantía al frente del servicio de investigaciones, el Federal Bureau of Investigation, el FBI en los Estados Unidos. Hasta los Kennedy, fueron víctima, de alguna manera, de la obsesión de este personaje.
Tenemos aquí dos películas. “J Edgar” de Clint Eastwood y “Chaplin” de Richard Attenborough. Por cierto, a este último le ha gustado hacer buenas biografías en el cine. Se llevó ya un Oscar previamente, cuando había hecho la biografía de “Mahatma Ghandi”, con la protagonización de Ben Kingsley, que también, gracias a esa película, se llevó un Oscar.
